El pasado miércoles terminamos el taller sobre poesía con los cinco sentidos. En las últimas sesiones trabajamos el sentido de la vista, del tacto y del gusto.
Combinamos en el sentido de la vista, poesía y dibujo creando caligramas relacionados con las tradiciones de la ciudad de Huesca.
Al trabajar el sentido del tacto convertimos nuestras sensaciones en pequeñas poesías. La actividad fue divertida. Con los ojos cerrados metíamos la mano en una bolsa que tenía en su interior cosas de diferentes texturas provocando en nosotros diferentes estímulos que convertimos en variadas poesías por parejas.
Algo parecido hicimos con el sentido del gusto: probamos diferentes sabores de gominolas y teníamos que componer versos para poder comernos otra.
En la última actividad trabajamos con poesías tradicionales que les faltaban versos y nosotros completábamos siguiendo las reglas de la métrica pero dándoles un contenido más novedoso y cómico.
El taller nos gustó, nos acercamos a la poesía de una forma diferente, intentando descubrir que teníamos cada uno de poeta.
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